Declaración abierta de solidaridad hacia la Organización Mundial de la Salud [WHO/OMS]
Junio de 2020




Nosotros, las organizaciones y personas abajo firmantes, nos unimos para expresar nuestra solidaridad hacia la Organización Mundial de la Salud [WHO/OMS] durante este tiempo extraordinario.

Este es un momento en el que la comunidad mundial se enfrenta a tres emergencias paralelas de salud pública de interés internacional [COVID-19, ébola y poliovirus] en medio de un amplio espectro de continuos desafíos sanitarios. Es un momento de vacilación de la confianza pública mundial y la confianza en nuestras instituciones multilaterales, incluyendo los organismos orientados a la salud.

Es un momento de intimidación de los estados miembros y de acusaciones preocupantes sobre la integridad fundamental de la OMS. Es un momento de amenazas de acciones punitivas al retener el apoyo financiero de los estados miembros, lo que puede comprometer la capacidad de la OMS para cumplir su mandato y satisfacer las necesidades mundiales. Y si bien el comportamiento de los Estados Unidos a este respecto ha sido el más explícito (y ciertamente el más teatral) en realidad no es el único.

De igual modo, es un momento en que la OMS se enfrenta a continuos desafíos en su gobernanza, su enfoque programático, su eficiencia operacional y en otras esferas de actuación. Reconocemos que los principales instrumentos de política, incluido el RSI [Reglamento Sanitario Internacional], necesitan un importante fortalecimiento, un nuevo compromiso y mecanismos de aplicación para ser plenamente eficaces. Es evidente que queda mucho trabajo por hacer.

Pero sostenemos que, si en 1948 la OMS no se hubiera formado, en realidad tendríamos que formar una organización de ese tipo hoy en día y que estaría bien informada por los principios de apertura adoptados hace más de 70 años en la constitución fundacional de la OMS:
:: La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedades y dolencias.
:: El disfrute del más alto nivel posible de salud es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano, sin distinción de raza, religión, creencia política, o condición económica o social.
:: La salud de todas las personas es fundamental para el logro de la paz y la seguridad, y depende de la más completa cooperación de los individuos y los estados…

Es evidente que nuestra solidaridad no se limita a la OMS como organización, sino que se extiende directamente a los más de 7000 funcionarios de la OMS que trabajan en más de 150 países y a los miles de científicos voluntarios, investigadores, expertos en salud pública y muchos otros en los ámbitos normativo, ético y jurídico que informan y hacen posible la decisiva labor de la OMS en materia de salud.

Por último, nuestra solidaridad nos lleva a instar a los estados miembros a que mantengan su apoyo y compromiso con la OMS; a instar a la comunidad mundial de instituciones multilaterales, las ONG y organizaciones de la sociedad civil a que refuercen su colaboración con la OMS; y a instarnos a nosotros mismos y a nuestras instituciones a que traduzcamos nuestra solidaridad en acciones directas, acelerando nuestra contribución de conocimientos especializados y energías para impulsar la misión de la OMS y la salud mundial en general.